
Es muy común que las legumbres secas tengan un sabor amargo. El procedimiento para eliminarlo es simple: se colocan los granos en agua fría durante 10 ó 11 horas. Luego, se escurren y se cuecen a fuego lento hasta que se ablanden. Finalmente, se cuelan y se vuelve a añadir agua fría con sal y se dejan así durante una semana. Es importante cambiar el agua dos veces al día.
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