Los rosados son vinos peculiares y a veces difíciles. En realidad la gama de los rosados es muy amplia, pues
comprende desde vinos jóvenes y
ligeros, asimilables a los blancos (deben servirse fríos, aunque a temperaturas
ligeramente más templadas que éstos),
hasta vinos de más cuerpo, que requieren siempre la temperatura ambiente. Como acompañamiento, será necesario conocer antes las características de
cada vino antes de decidirse a servirlo con un pescado (los más ligeros) o una carne. Un rosado o clarete de clase, de
acentuado sabor, y de aroma elegante,
servirá especialmente para acompañar platos de carne más delicados, como los sesos y mollejas, algunos patés, el jamón ahumado, y aun para ciertos
pescados de sabor bien marcado, como
las angulas. También es recomendable
un buen rosado como acompañamiento de los arroces.
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