A esta familia pertenecen el
parmesano de Italia y el livarot francés; pero las variedades más conocidas son los dos quesos suizos por
excelencia, el Emmental y el gruyére.
Estos quesos fermentan durante dos a
tres meses, alternando en una cueva fría y otra más caliente; es durante este proceso cuando la pasta se ahueca por
dentro, formando los grandes agujeros que todos asociamos al nombre de estos estupendos quesos.
Queso Gruyere Suizo |
Y, por último, los quesos fundidos, que aparecen a principios del
siglo XX, y que no son otra cosa que restos de otros quesos, fundidos y aromatizados (con nueces, por ejemplo) para mejorar
su gusto.
Naturalmente, fuera de estas grandes familias, o, por mejor decir, en
sus márgenes, quedan especialidades a las que el añadido de ciertos productos confiere una singularidad absoluta. Así, el llenguat, queso del Pirineo
catalán, en cuya fabricación se emplea un
poco de aguardiente; o el queso enchilado,
de México, a semejanza de otros quesos europeos a la pimienta, o las finas
variedades perfumadas con hierbas aromáticas.
Conocer más sobre quesos Españoles
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