Calcio: Además de intervenir junto con el fósforo en la
formación y mantenimiento del tejido óseo,
es necesario para la coagulación de la sangre y regula la excitabilidad neuromuscular, la permeabilidad
de las membranas celulares, y la de
las paredes de los capilares. Las necesidades de calcio están establecidas en unos 800-1200 mg/día. Una insuficiencia
en el aporte de este mineral produce, generalmente, una detención del
crecimiento en el niño; en el adulto puede
producir una osteomalacia o descalcificación. Los alimentos más ricos en calcio
son la leche, la mantequilla, todo tipo de quesos, el yogurt, y las verduras y legumbres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario