Se tienen referencias escritas que sitúan a la acelga en las regiones costeras de Europa y del norte de África bañadas por el mar Mediterráneo, dotadas de un clima templado adecuado para una planta a la que le perjudica bastante los cambios bruscos de temperatura. Existen documentos que prueban que ya en el siglo V a.C. los griegos utilizaban la acelga como un alimento en su dieta.
Algunas de las mayores ventajas de las acelgas son: su alto contenido en fibra, su ausencia de grasas, su escaso valor calórico y su alto contenido en agua, lo que la convierte en una verdura diurética e ideal para regímenes de adelgazamiento. La fibra es esencial para regular el tránsito intestinal.
Aunque su contenido en hidratos de carbono y proteínas es bajo, este
producto posee importantes cantidades de vitaminas y minerales. Sin
duda, las acelgas son, sobre todo, ricas en potasio, un mineral esencial
para eliminar toxinas, gracias a su efecto sobre la función renal.
El potasio, además, es fundamental en el sistema nervioso y cardiovascular, además de ayudar en el almacenamiento de carbohidratos y su posterior transformación en energía.
El potasio, además, es fundamental en el sistema nervioso y cardiovascular, además de ayudar en el almacenamiento de carbohidratos y su posterior transformación en energía.
Cuando más verde es la hoja, más cantidad de vitaminas poseen
las acelgas.
Después de las espinacas, esta verdura es la más rica en calcio, aunque tampoco se puede obviar la cantidad de magnesio que almacena. Además, es una excelente fuente de folato o vitamina B9, esencial para embarazadas, ya que evita la aparición de malformaciones en el bebé.
Asimismo, este alimento es rico en vitamina C, aunque sus cantidades disminuyen mucho con la cocción.
Después de las espinacas, esta verdura es la más rica en calcio, aunque tampoco se puede obviar la cantidad de magnesio que almacena. Además, es una excelente fuente de folato o vitamina B9, esencial para embarazadas, ya que evita la aparición de malformaciones en el bebé.
Asimismo, este alimento es rico en vitamina C, aunque sus cantidades disminuyen mucho con la cocción.
La acelga, aunque depende de la variedad, es una
verdura cultivada durante todo el año. No obstante, la mejor época para
su consumo va desde finales de otoño a principios de primavera.
La industria agro alimentaria ofrece acelga procesada de distintas
maneras: cortada similar a la espinaca, fresca, en conserva o congelada;
por pencas, por hojas o combinada con otros vegetales.
Las acelgas son muy resistentes a las temperaturas extremas, sobre todo
a las veraniegas, por eso las cosechas suelen abundar en verano y en otoño.
Sus hojas son muy verdes, lisas y grandes, y ofrecen al cocinero gran
versatilidad a la hora de elaborar platos muy nutritivos.
El color y el tamaño de las hojas determinan los diversos
tipos de acelgas que podemos encontrar en el mercado. Las Ruby Chard y
las Rainbow Chard tienen las pencas rojizas y gruesas, mientras que las
variedades Silver Chard o Seakale Beet disponen de hojas muy verdes y
arrugadas y pencas más blancas.
Elemento nutritivo | Contenido en 100 gramos de acelga cocida |
Calorías | 33 cal. |
Proteínas | 1,6 gr. |
Hidratos de carbono | 9,96 gr. |
Agua | 87 gr. |
Fibra | 87 gr. |
Calcio | 16 mg. |
Potasio | 305 mg. |
Magnesio | 23 mg. |
Fósforo | 38 mg. |
Vitamina C | 3,6 mg. |
Folato | 80 mcg. |
Colesterol | 0 |
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